El Apego y Los Estilos de Apego
El apego es el vínculo afectivo que se produce entre el niño y el cuidador, y que le sirve para sentirse seguro, apoyado y protegido con las personas que considera incondicionales, disponibles y eficaces.
Según nuestros psicólogos de Málaga, a partir de la interacción que tenga con esta persona construirá un modelo interno que incluirán expectativas y creencias, no solo respecto a sus cuidadores sino también sobre su propia capacidad para conseguir la proximidad de éstos. Por lo tanto, la calidad de esta representación de la relación de apego está estrechamente relacionada con el sentido de identidad y la autoestima del niño. El desarrollo mental y experiencias sucesivas de recuperación de las figuras de apego, que se ausentan durante cortos espacios de tiempo, le permitirán también aceptar mejor determinadas separaciones temporales de las figuras de apego.
¿Cómo se manifiesta el apego?
Según nuestro psicólogo infantil en Málaga, el niño se esfuerza por mantener la proximidad con el cuidador (lloros, sonrisas, vocalizaciones…), se siente tranquilo para explorar su entorno en presencia de la figura de apego, le gusta buscar y mantener el contacto visual y auditivo, busca el contacto con su cuidador en momentos de temor o malestar, etc
¿Qué funciones tiene el apego?
La importancia del Apego ya que le sirve al niño como base con la que explorar el ambiente, interactuar con otras personas y superar sus miedos, favorece la supervivencia, fomenta la salud física y psíquica (cuando se pierden las figuras de apego pueden aparecer ansiedad, vómitos, rechazo a la comida o incluso una mayor vulnerabilidad inmunitaria), también le enseña a aprender a comunicarse con los demás, a desarrollar la empatía, la autoestima y su identidad. Si deseas saber más: 6 claves para favorecer una buena autoestima en niños
ESTILOS DE APEGO
Se desarrolló un procedimiento para evaluar la calidad del vínculo del niño con su figura de apego en los dos primeros años de vida, en el que se evaluaba la conducta del niño ante las separaciones breves y reencuentros, la ansiedad de separación, utilización del cuidador como base de exploración del entorno y la interacción del niño con figuras desconocidas. Esto condujo a la clasificación de 3 estilos de apego.
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Apego seguro
Ante el cuidador, estos niños exploran activamente el entorno, mientras que cuando no se encuentra, la exploración disminuye. Ante la separación el niño siente angustia, sin embargo como son niños fácilmente consolados y reconfortados por la figura de apego, después de unos minutos vuelven a la exploración del entorno. Siempre que el cuidador regresa el niño muestra signos evidentes alegría, activando las conductas de apego hacia él (proximidad y contacto).
En general estos niños se relacionan bien y se adaptan pronto a la escuela.
Los cuidadores de niños con apego seguro se caracterizan por ser sensibles ante las necesidades del niño (las perciben y responden adecuadamente), están disponibles y accesibles, estimulan y apoyan al niño cuando realiza sus actividades, expresan su afecto y cariño, lo aceptan de forma incondicional incluso cuando su conducta es reprochable, saben cuándo tomar la iniciativa en la interacción y cuando no (no lo vigila excesivamente, le deja intentar solo habilidades que son nuevas para él, no lo trata como más pequeño…)
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Apego evitativo
Estos niños se muestran pasivos o indiferentes, no sienten ansiedad de separación y su exploración del entorno no decae si el cuidador se ausenta, evitan el contacto cuando éste vuelve, y no muestran inquietud o miedo ante los extraños.
Los niños con apego inseguro suelen ocultar sus sentimientos ya que no esperan encontrar la ayuda que necesitan en su figura de apego.
Los cuidadores de niños con apego evitativo tienen conductas de rechazo hacia este, son hostiles, fríos, rígidos en las interacciones e insensibles al percibir y responder las necesidades del niño.
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Apego ansioso-ambivalente
En presencia de la figura de apego el niño no se aleja de éste, la exploración del entorno es baja o incluso nula. Cuando el cuidador se ausenta, la ansiedad de separación es muy intensa, mientras que cuando la madre reaparece el niño se comporta de un modo ambivalente: por un lado busca la proximidad y el contacto, mientras que si la madre es la que inicia el contacto, el niño se opone.
Son niños que no se consuelan fácilmente tras la separación y que muestran su clara inseguridad en las relaciones de apego. De adulto tendrán un umbral bajo ante situaciones poco estresantes, temor al rechazo, inestabilidad emocional y relaciones conflictivas.
Los cuidadores de niños con apego ansioso ambivalente, no son capaces de percibir y responder a las necesidades del niño de forma adecuada, cuando están con ellos se inmiscuyen en las actividades, gustos y preferencias del niño y muestran incoherencia o inconsistencia en la demostración de sus emociones hacia el niño…
FASES DEL NIÑO DURANTE LA AUSENCIA DE LA FIGURA DE APEGO
En un primer momento se produce una fase de protesta, que comienza cuando el niño se da cuenta de que se ha quedado solo y se entra en buscar y llamar a su figura de apego (lloros fuertes, intentos de huida, ansiedad, succión del pulgar…), rechazan a cualquier otra persona que no sea su principal cuidador. Si la figura de apego aparece en este momento, se mostrarán más ansiosos ante posibles nuevas separaciones, y tendrán un rechazo más fuerte a todas aquellas personas que no sea su cuidador.
Si la madre sigue sin aparecer, en cuestión de un tiempo variable comienza la fase de ambivalencia, donde suele haber pérdida de la intensidad de la protesta y ya no se muestran tan reacios a otras personas (abuelos, tíos…). Aún hay signos de ansiedad y se sienten deprimidos pero el niño parece haber perdido la esperanza de encontrar a su cuidador. Si la figura de apego aparece en esta fase, la recibe sin interés e incluso con hostilidad.
Por último, si la separación se prolonga bastante más (horas) como por ejemplo cuando comienzan la guardería o el colegio, el niño acaba por adaptarse a la nueva situación (fase de adaptación), supera su ansiedad y acepta los nuevos cuidados y atenciones.
Para profundizar sobre el apego también puedes visitar: Apego y vínculos afectivos entre padres e hijos

Psicóloga y Directora de PsicoAbreu
Psicóloga especialista en el tratamiento de trastornos psicológicos en Adultos, Niños y Adolescentes
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