Enfermedad de Alzheimer: El papel que juegan las emociones
Por lo general, cuando se habla de la Enfermedad de Alzheimer (EA), todo el mundo refiere la degeneración o pérdida de multitud de capacidades cognitivas como la memoria, problemas en el leguaje, reconocimiento de caras; problemas en acciones cotidianas. Incluso, en etapas más avanzadas, se asocia a la pérdida de capacidades básicas como la deglución. Sin embargo, además de las afecciones mencionadas, existen otros problemas que surgen a raíz del desarrollo de la enfermedad; los problemas relacionados con las emociones.
Las emociones en la enfermedad de Alzheimer
Los pacientes con Alzheimer presentan síntomas relacionados con trastornos del estado de ánimo. Los más frecuentes son la ansiedad, tensión, irritabilidad, apatía, tristeza, pérdida de energía y aislamiento social. Sin embargo, la naturaleza de la presencia de síntomas depresivos en la enfermedad de Alzheimer no está todavía clara. Se han sugerido varias hipótesis que podrían explicar dicho problema:
- La depresión en la EA puede ser una alteración provocada por la presencia de cambios neurobiológicos en el cerebro de estos sujetos.
- Podría ser una respuesta de los sujetos con EA ante la propia percepción de sus discapacidades y la progresión de la enfermedad.
- Sería el resultado de cierta predisposición o vulnerabilidad genética o psicológica en algunos de estos sujetos.
- Habría factores psicológicos, sociales y ambientales que pudieran incidir negativamente en el estado de ánimo de estas personas.
El papel de la depresión en el deterioro de la enfermedad
En el avance de EA, las afecciones de tipo emocional siguen un curso contrario al deterioro de las capacidades cognitivas; es decir, a medida que avanza la enfermedad, los problemas de estado de ánimo disminuyen a la vez que el deterioro cognitivo aumenta.
Y es que en las etapas más leves de Alzheimer es donde los problemas anímicos se hacen más notables, desarrollando grandes niveles de depresión y ansiedad tras la noticia del diagnóstico.
¿La depresión se extiende a lo largo de todas las etapas de Alzheimer?
Es importante señalar la conciencia de la enfermedad de Alzheimer. Como hemos señalado anteriormente, es en las etapas iniciales de la enfermedad donde los niveles de depresión y ansiedad aumentan de manera exponencial. No obstante, algunos estudios como el de Portellano-Ortiz et al., (2014) indican que con el aumento del deterioro y de la consciencia de la enfermedad los niveles de depresión y ansiedad se reducen. Por lo tanto, podemos afirmar que un estado de ánimo depresivo se correlaciona positivamente con la consciencia de la enfermedad, el cual, tras el avance de la misma, se reducirá paulatinamente.
La figura del cuidador en la enfermedad de Alzheimer
Por lo general, cuando hablamos de muchas enfermedades crónicas altamente incapacitantes, tendemos a pensar en la enfermedad como núcleo único; sus síntomas y su avance. Pero en la totalidad de estas enfermedades, la figura del cuidador, familia o externo, tiene un papel capital fundamental y es necesario atender también a sus necesidades.
Muchos estudios apuntan que, en el caso de la depresión, existe un alto porcentaje de cuidadores que desarrollan o tienen una predisposición mayor al desarrollo de depresiones de todo tipo debido a lo disruptiva de la EA.
Conclusiones del papel de las emociones en EA
Para finalizar y a modo de resumen, hemos comprobado que el desarrollo de una EA produce deterioro cada vez mayor a nivel estructural, cognitivo y funcional. Pero a su vez, supone un golpe importante a nivel emocional; puede generar depresión en el paciente y en su entorno más cercano. De esta manera, cabe la posibilidad de que se empeore el pronóstico de la enfermedad, aumentando incluso la velocidad de deterioro. Por lo tanto, habría que replantearse en cierto modo el tratamiento de la EA, no centrándose única y exclusivamente en los procesos de estimulación cognitiva, además de dar más importancia al trabajo de los procesos emocionales asociados al diagnóstico y avance de la misma. Esta importancia emocional vital ha de ser tanto para el paciente de la enfermedad de Alzheimer como para su entorno; familia, cuidadores, amigos etc.
La gestión emocional que se debe llevar a cabo en este tipo de situaciones es bastante complicada; de ahí la necesidad de ayuda psicológica para conseguir las herramientas necesarias a la hora de gestionar enfermedades de este tipo.

Psicólogo General Sanitario especialista en Trastornos emocionales, Trastornos de estrés Post-Traumático y en Detección y Abordaje en Violencia de género.
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