Correlación entre síntomas de Trastorno Límite de la Personalidad y la violencia de género
Existen algunos casos en los que se da una correlación entre la violencia de género y el TLP. Esto es así cuando alguna de las dos partes que forman una pareja que está experimentando la violencia de género, sufre el Trastorno Límite de la Personalidad. A continuación, desarrollaremos esta correlación existente en algunas de las parejas sufridoras de la violencia.
¿Qué es el Trastorno Límite de la Personalidad? (TLP)
El Trastorno Límite de la Personalidad es un trastorno mental grave de la personalidad (Clúster B) que se caracteriza por sentimientos crónicos de vacío en la persona que lo padece, inestabilidad afectiva, miedo al abandono y esfuerzos frenéticos por evitarlo, patrón de relaciones interpersonales intensas e inestables, impulsividad y alteración de la identidad, entre otros. Estos síntomas suelen conllevar muchas dificultades para sobrellevar situaciones en diferentes áreas de la vida de la persona que lo padece (formativa/laboral, relacional y familiar).
Correlación entre el TLP y la violencia de género
Bien es sabido que, uno de los principales retos del trabajo que se hace con la violencia de pareja es la dificultad de conseguir la separación sana de esta cuando la distocia de pareja llega a los límites de la violencia a causa de la dependencia emocional. (Tello, 2015) Esta dificultad de dejar a la pareja es, de hecho un factor de mantenimiento del problema. Esto se complica cuando alguno de los miembros, además, presenta algún tipo de trastorno de la personalidad, como el TLP.
En este trastorno, el miedo al abandono es muy central de la base de vinculación de la persona con TLP y a las relaciones de pareja, que es donde más podemos observar esta manifestación. Este miedo funciona como potenciador de los conflictos en bucle y también cataliza la normalización y la justificación de la violencia. Se trataría pues de una dificultad de gestionar el vínculo que, sumado a una situación de violencia, puede exacerbar la misma clínica de trastorno potenciándose en una espiral muy difícil de romper.
Un paciente con TLP, puesto que demuestra esfuerzos frenéticos para evitar un abandono real o imaginario, además suele tener un patrón de relaciones interpersonales inestables e intensas, caracterizado por la alternancia entre los extremos de idealización y devaluación.
¿Cómo perjudica el TLP a alguien que es víctima de violencia de género?
Si disgregamos los criterios del TLP veremos que pueden coincidir o incluso acrecentarse si se sufre violencia machista.
Criterio 1 de TLP. Esfuerzos desesperados por evitar el desamparo real o imaginado
Deja de existir ninguna validación de la persona maltratada, se anula y se convierte en alguien invisible. Se ejerce el control y el poder sobre ella y sus opiniones, preferencias, decisiones, etc. quedan totalmente anuladas. Cuando esto ocurre, la víctima queda invalidada y anulada por completo por el que, inconscientemente se aferra a la otra persona para no sentirse desprotegido ni vulnerable (González, 2014)
Criterio 2 de TLP: Patrón de relaciones interpersonales inestables e intensas que se caracteriza por una alternancia entre los extremos de idealización y de devaluación
Este tipo de trastorno afecta la vinculación social, puesto que en los patrones relacionales de estas personas “suele predominar la impulsividad y el aislamiento” a causa de la inestabilidad de las relaciones interpersonales.
Sin embargo, me gustaría crear diferentes cuestiones: ¿hasta qué punto los síntomas del TLP pueden estar exacerbados a causa de la violencia?, ¿Cómo distinguir si es por un trastorno o por la violencia que las mujeres que sufren TLP reciben diariamente?
Trataremos de dar respuesta a estas preguntas mediante el concepto de “Círculo o Espiral de la Violencia” descrito por Leonore E. Walker (2006) en su obra El síndrome de la mujer maltratada, quién describe 3 etapas por las cuales pasa una relación violenta:
- Fase de tensión donde los conflictos y los actos violentos aparecen en la relación. El agresor empieza a mostrar cambios constantes en su ánimo, agresión (verbal o física) donde la víctima se encuentra confusa ante ciertos cambios.
- Fase de agresión donde lo victimario ejerce la violencia sexual o física. La pareja que recibe esta agresión sufre temor y ansiedad y mayoritariamente no encuentra la manera de pedir ayuda.
- Fase de conciliación donde el agresor pide perdón después de los episodios violentos. Se muestra cariñoso y pide perdón.
Estas tres fases son por las cuales pasa una mujer cuando mantiene una relación donde existe el maltrato. Por tanto, debemos tener en cuenta que la víctima que sufre TLP muestra mayor dificultad para deshacerse de una relación violenta a causa del miedo al abandono, la baja autoestima y la inestabilidad afectiva. Es por eso por lo que muchas de estas mujeres que no son capaces de cortar este tipo de relaciones acaban consumiendo sustancias con el objetivo de una desconexión conductual.
Criterio 3 de TLP. Alteración de la identidad: inestabilidad intensa y persistente de la autoimagen y del sentido del yo
Debemos ser conscientes de que las mujeres maltratadas suelen tener una baja autoestima y autoconcepto muy negativo de ellas mismas, como consecuencia del maltrato constante que reciben. Es por ello que acaban interiorizando un mensaje parecido a “soy una inútil” o “no valgo para nada” que cada vez va teniendo más fuerza y credibilidad para ellas mismas. Si a este hecho se le suma un TLP a esta mujer, es muy probable que le sea mucho más difícil salir de este bucle y cree un aislamiento que hace que los ayude a ver la situación con claridad.
Criterio 4 de TLP. Impulsividad en dos o más áreas que son potencialmente autolesivas (gastos, sexo, drogas, conducción temeraria, atracones alimentarios)
Muchas mujeres con Trastorno Límite de la Personalidad responden con conductas autoagresivas e impulsividad con el objetivo de llamar la atención de aquellos que tienen alrededor, puesto que para estas personas es una manera de aliviar su angustia. Si estas mujeres además son víctimas de violencia de género, este componente autodestructivo puede verse exacerbado, puesto que es también para ellas una manera de pedir ayuda o incluso llamar la atención de las personas de su alrededor. Además, muchas de ellas pueden llegar a abusar de sustancias para poder escapar de la sensación de indefensión o vulnerabilidad en la cual se encuentran a causa de la violencia.
Criterio 5 de TLP. Comportamiento, actitud o amenazas recurrentes de suicidio, o comportamiento de automutilación
La autolesión es una forma tanto de sentir alivio como de autocastigarse. Además, las personas que sufren TLP también puede recurrir a amenazas de suicidio cuando teme quedarse sola. Así mismo, según la OMS el maltrato es la causa del 25% de los intentos de suicidio de las mujeres: “La relación entre suicidio y violencia de género es una realidad invisibilizada pero no por eso inexistente”.
Criterio 6 de TLP. Inestabilidad afectiva debida a una reactividad notable del estado de ánimo (p. ej., episodios intensos de disforia, irritabilidad o ansiedad que generalmente duran unas horas y, rara vez, más de unos días)
La rabia, la ira, el pánico, el vacío y la desesperanza son síntomas que padece una mujer con TLP y siendo víctima de una relación violenta. Las personas con TLP suelen presentar estos cambios en su estado de ánimo que suele tener un efecto directo e inmediato en muchas áreas de su vida: el estado de disforia (tendencia a sentirse triste o desmotivado) suele alternarse con estados de ira, desesperación y ansiedad donde no tiene cabida el bienestar, pareciendo al que suelen sentir aquellas mujeres violentadas.
Criterio 7 de TLP. Sensación crónica de vacío
La disonancia cognitiva ocurre cuando una persona, en este caso una mujer, intenta compatibilizar dos ideas contrarias que por sí mismas no suelen ser compatibles y, como consecuencia existe un conflicto interno que puede resultar en sentimientos de este calibre.
Así pues, el TLP también puede presenciar esta sensación acompañado de un “bajo nivel de tolerancia a la frustración y una gran dificultad para canalizarla de una forma adecuada”. Muchas veces, la necesidad de llenar este vacío puede llevar a algunas personas con este sentimiento que lleven a cabo conductas de riesgo para menguarlo.
Sin duda, la psicoterapia es una buena opción con el objetivo de empoderar y recuperar el estado emocional de la mujer maltratada y conseguir establecer un apego seguro con los que la rodean.

Berta ha obtenido su licenciatura en psicología por la Universidad Ramón Llull–Blanquerna de Barcelona, así como el grado en Criminología por la UOC. Durante dicho periodo, realizó las prácticas curriculares en ITA de Barcelona (Centro especializado en Trastorno de la Conducta Alimentaria) donde pudo observar el desarrollo de los pacientes en el Hospital de Día así como el funcionamiento y actividad de los grupos terapéuticos. Adicionalmente, llevó a cabo unas prácticas en el Instituto Carl Rogers de Barcelona dónde pudo realizar análisis y estudio de las técnicas de corriente humanista usadas en los tratamientos psicológicos e hizo estudios de casos uno-a-uno con supervisión in situ.
Por otro lado, también ha realizado el Máster de Psicología General Sanitaria Ramón Llull–Blanquerna, donde ha cursado prácticas en el Centro de Salud Mental de Adultos de Vidal i Barraquer. Durante dicha estadía, ha podido llevar a cabo psicoterapia a diversos pacientes. Además, de forma complementaria, Berta ha hecho voluntariados con víctimas de Abuso Sexual Infantil (ASI) en Ángel Blau (Barcelona) y ha escrito diferentes artículos relacionados con este ámbito.
La psicóloga también ha realizado multitud cursos y seminarios estrictamente ligados con la violencia de género, entre otros, ámbito en el que le gustaría especializarse.
Muy buen artículo. Es una correlación con la que estoy de acuerdo. O el narcisista con una pareja con TLP. La auto devaluación del TLP alimentada por la auto sobrevaloración del narcisista.